Resulta que mi Princesa se ha marcado como uno de sus objetivos para estas vacaciones el jugar a un juego de rol “de verdad”. Yo, para evitar zambullirme en una depresión (porque ¿a qué he estado jugando con ella todos estos años?), he querido interpretarlo como “a un juego de rol publicado, con sus libros, sus reglas escritas y toda la pesca”. Supongo que debí emplear mis contactos en el mundillo editorial para algo más que para fiestas y reuniones gastronómicas…
En fin, ya es tarde. Mi primera intención fue desempolvar la caja de inicio de D&D 5ª edición e hincarle el diente a La Mina perdida de Phandelver. Pero entre que ella quería hacerse algo parecido a un kender (snif) y que tendría que maravillarme algo para el Pequeño Pirata… pues perezón, la verdad.
También estuve dándole vueltas al Enseñanza Mágica Obligatoria, que sería un puntazo porque precisamente mi Princesa va a empezar el instituto en septiembre. De hecho ella se ha leído todo el libro salvo la parte de las aventuras. Sin embargo seguía estando el factor Pequeño Pirata… aunque siempre se podía bajar el nivel de todo (despiporre, juergas, ligoteos, etc) a Primaria y santas pascuas. De hecho es algo que no he descartado del todo aún.
En esas estábamos cuando hace un par de días me acordé de la aventura “Huida Rebelde” del Star Wars D6 de toda la vida. Sistema sencillo, ambos peques conocen la ambientación y la aventura tiene momentos muy emocionantes y peliculeros. Hago la propuesta, los dos la aceptan entusiasmados… y cuando les pregunto qué personajes van a querer hacerse, mi Princesa dice que una Pirata (bueno, no está mal) y el Pequeño Pirata me dice que un Droideka.
Casi puedo escuchar desde aquí el sonido de vuestras quijadas contra el suelo. Y reconozco que a mí me pasó igual, porque mi programación de DJ de tiempos pretéritos aullaba “¡Munchkineo! ¡Superdescompensado! ¡Máquina de matar!”. Pero el narrativista que hay en mí no veía más que oportunidades por doquier. Es decir, un robot destructor incapaz de hablar, con tres patitas, cañones dobles en lugar de manos y guiado por un niño de 5 años… ¿qué puede NO salir mal? XDDD
Pero cuando saqué unas fotocopias de la hoja de personaje clásica que tenía por ahí… pues me parecieron bastante sosas, la verdad. Y más aún después de haber visto las de Dicemonkey. Así que me puse manos a la obra con el Photoshop y me curré estas Hojas de Personaje optimizadas para imprimirlas a tamaño A4.
Aquí podéis descargarla en PDF (557 KBs). La imagen la eligió mi Princesa y su autora es Zolaida, cuya obra podéis admirar en su DeviantArt.
En la Hoja de la Pirata he trasladado casi íntegramente lo que viene en el manual, escribiendo las habilidades más habituales y dejando siempre algún recuadro más por si se quiere coger alguna otra habilidad.
Aquí está en versión PDF (552 KBs). No he encontrado el nombre de quién ha creado la ilustración.
Para la Hoja del Droideka, me he basado en este documento de Droid Stats de Thiago S. Aranha, aunque luego he ajustado (de aquella manera) las características y habilidades para que casen con la regla de “18D para los Droides PJ” que vienen en la página 84 del manual.
Seguro que la ficha de la Pirata viene bien a más de uno, cosa que dudo mucho de la del Droideka. No obstante, por si os defendéis con el Photoshop y queréis curraros vuestras propias Hojas de Personaje (Pilotos, Contrabandistas, Jedis, etc) con ilustraciones que os molen, os dejo también por aquí el PSD de la Hoja de la Pirata (12,7 MBs). Eso sí, os harán falta las fuentes Star Jedi Rounded y Eras Medium ITC.
Y ya os contaré qué tal sale el experimento. Tengo curiosidad por ver cómo bajan por el pozo de Mesa 291, o cómo se las ingenian para meter al droideka en la cabina de un Ala-Y. Aunque bueno, puede sobrevivir en el vacío…
Fuente Originai: Erekibeon.com
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